viernes, 2 de septiembre de 2016

Libro: Frankenstein o el moderno Prometeo



Por donde empezar...  tal vez por el final, página 313, estaba emocionada por las duras palabras de la pobre criatura que me ha hecho llorar, pobre pobre criatura, y maldito Frankenstein.

Mary Wollstonecraft Shelley estaba en Suiza junto a su marido y otros invitados por Lord Byron; los días eran grises y una noche Byron los retó a escribir un relato de terror.

Terror gótico y ciencia ficción, todavía estoy digiriendo esta obra, que sin duda ha sido un error por mi parte no leerla antes. 

La obra la narra un navegante, Walton, el cual encuentra al doctor moribundo y este, le cuenta su historia desde el principio: infancia, su interés por la naturaleza, universidad, cómo llegó a crear vida, por qué la rechazó, los asesinatos de la criatura y su persecución. 

Me ha gustado la descripción de la autora de los sentimientos de Víctor, su moralidad y toma de decisiones, aunque el personaje del doctor es el malvado para mi gusto, pues condena al odio a su propia creación, y como ya dice él en la obra, es el culpable de los asesinatos de sus parientes y amigos.

¡Qué decir de la pobre criatura! Es verdad que culpa directa tiene de los asesinatos, pero en lo que se ha convertido es por la mala actuación del doctor. Al final, como todo, si algo no nos gusta lo rechazamos antes de conocerlo. 

Las partes que más me han gustado de la obra, es cuando narra la criatura, llena de amor y por querer complacer, y al final como se venga por todo el odio que ha recibido. 
La criatura es un niño pequeño, no sabe nada, los padres tienen que enseñarle a amar, a hablar, a leer.... entonces imagina que echan al niño de casa y vaga solo por el mundo, ¿qué sería del niño cuando lo primero que ha recibido es rechazo, caras asustadas, gritos, insultos? 
La pequeña bolita de amor se convierte en una roca fría y dura.

La obra es un símbolo sobre el peligro que trae la tecnología, el cual ha llegado a nuestros días; hay muchísimos avances sí, pero nos hemos olvidado de la seguridad. 

Pobre, pobre criatura.




No hay comentarios:

Publicar un comentario