Esta novela fue publicada en 1987, aunque resurgió en España hace unos años gracias a la editorial Sexto Piso.
Una de mis fascinaciones son las relaciones madre-hija. Quizá porque vivimos en una época en la que tan solo nacer con 10 años de diferencia ya es un abismo. Imaginemos 40 años de diferencia o, como en este libro, que encima estemos hablando de mitad del siglo pasado.
La autora, Vivian Gornik, narra en este libro cómo es la relación con su madre al mismo tiempo que nos habla de su infancia, juventud y madurez. Una relación tensa que deja en evidencia la diferencia de prioridades, oportunidades y deseos de cada una. También nos cuenta sus principales relaciones sentimentales, y vemos un recorrido emocional que va madurando a lo largo de la novela.
El ritmo es rápido y la narrativa clara y directa. No se anda por las ramas ni añade edulcorante. Tenía muchas ganas de leerlo y lo he devorado.
Sinceramente, creo que la mayoría de mujeres que haya leído esta novela va a sentir algo en cuanto a la relación con su madre. Personalmente, pocas relaciones conozco que sean estupendas. Si la sociedad avanza, es porque los jóvenes quieren evitar cometer los errores de sus mayores. Y concretamente las mujeres, todavía estamos, lamentablemente, liberándonos del patriarcado y del rol de mujer perfecta.
En esta novela la autora muestra como su madre vivía ciega en el amor, puesto que era lo único que tenía. Como muchas mujeres, no tenía un trabajo, ni una vida social agitada, solo tenía a su marido (e hijos). La hija crece con el deseo de no ser como ella y con el asfixio del dolor maternal al fallecer el padre.
Me ha resultado muy interesante el papel de una mujer joven y atractiva que adquiere el rechazo de la madre. Me encanta ese enfrentamiento, la mujer abnegada o la mujer atractiva. O eres buena o puta. Una cuestión machista que se está destruyendo, por suerte.
Un libro cortito que te hace pensar en tu madre sin duda y en lo que no y sí quieres parecerte a ella....
