Desde que me uní a un club de lectura feminista en mi ciudad, Logroño, he aprendido y reflexionado sobre muchos temas que me eran desconocidos. Este club me está aportando nuevos puntos de vista y ampliando mi conocimiento del feminismo.
Este mes hemos comentado el libro Ni por favor ni por favora de la autora María Martín. Este libro trata sobre el lenguaje inclusivo desde una perspectiva divertida, didactica y sin ahondar profundamente en ello, por lo que es una muy buena opción para introducirse en esta tema tan actual y demonizado por la RAE y los machirulos. Lo negativo de este libro, y coincidimos varias compañeras del club, es que es algo repetitivo, se podía decir lo mismo en la mitad de páginas. También hay que decir que es muy ameno. En el libro refleja multitud de ejemplos del machismo en el diccionario.
Ejemplo: a los hombres se les estimula, a las mujeres no. Claro ejemplo de la represión del machismo ejercida a la sexualidad femenina.
Felación. Práctica sexual consistente en la estimulación bucal del pene.
Cunnilingus. Práctica sexual consistente en aplicar la boca a la vulva.
Varias compañeras nos adentrábamos en este tema con este libro, y nos ha sorprendido leer tantas injusticias en el diccionario en favor de lo masculino...Ejemplo: si la a va delante de la o en las vocales, ¿Por qué en el diccionario aparece hijo, hija? Es machismo, claramente.
Nuestro debate central fue la RAE. Es una institución machista, al igual que Pérez Reverte, que no refleja el cambio en el lenguaje y en la sociedad. Las personas, y por ende, el lenguaje han cambiado y evolucionado a lo largo de la historia. La RAE dice que su objetivo es: velar por que la lengua española, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad. Pero no es cierto... Y además son puestos vitalicios, ¿como? ¿Igual que la monarquía? Qué interesante... Y sin lingüistas, solo uno que yo sepa. Y si el Gobierno les subvenciona, ¿no podríamos elegir quién decide qué añadir en el diccionario? La forma en la que hablamos, es machista. Y podemos hablar incluyendo a la mitad de la población sin hacer circo.
Pero nada, tenemos a estos "señoros" qué no saben qué es el feminismo ni el lenguaje inclusivo, pensando que queremos hablar de malas maneras. No entienden, ni quieren entender.
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