Si hay algo que me molesta (bueno, hay muchas cosas que me molestan), es elegir un libro para leer y que no me guste, volver a empezar a leerlo y abandonar su lectura de nuevo porque es insufrible.
Tal vez insufrible no sea la palabra adecuada, pues los libros que os menciono en esta entrada no me lo parecen, pero la sensación que me produce su lectura sí, porque continuar leyendo algo que no te cautiva ni te anima a seguir leyendo sí, es insufrible.
El club de los mentirosos lo compré el día de mi cumpleaños, es decir, en enero. Unos días después de comprarlo comencé a leerlo. A medida que avanzaba la lectura me iba obligando a leer pero a algo más de la 100 lo dejé (parece ser que 100 es la clave, si te gusta o no, en la 100 se decide).
Por primeros de primavera reanudé la lectura, nada, una lectura que no me decía nada.
Y por último lo comencé a leer la semana pasada pero, no me quise engañar, no me gusta y punto.
He insistido bastante porque me lo compré y 20€ son 20€ (ojala hubiese comprado otro).
La novela es autobiográfica y reconozco que los personajes que aparecen no son aburridos, y que las anécdotas e historia que cuenta son curiosas e intrigantes como la vida misma.
La escritora, Mary Karr, es la protagonista, y aparece junto con su hermana mayor, su madre, su padre y su abuela (tal vez después de la 199 que es hasta donde yo he llegado, aparezcan otros personajes relevantes). Utiliza una jerga muy desenfadada y fresca, dinámica.
¿Por qué no me ha gustado? Pues buena pregunta.
El tango de la guardia vieja es el primer libro que (intento) leer de Arturo Pérez-Reverte. Este, al menos, lo he cogido de la biblioteca con mucha precaución antes de comprarlo y que no me guste.
Es una novela que trata de intriga, amor, espionaje... todo esto, yo pensé, ¿será tan bueno como Dime quién soy? Tras la mitad del libro leído, ni de lejos.
Una turbia y apasionada historia de amor reza la sinopsis. Lleva razón, la lectura ha ido algo turbia.
La sensación que me ha dejado la novela es quiero contar mucho pero no cuento nada.
De ambas novelas leí reseñas y opiniones favorables, pero leído lo leído, mi opinión no puede ser esa, hay algo en ellas que no me termina de invitar a continuar leyendo a pesar de las sugerentes historias.
Todos nos encontramos con uno de esos de vez en cuando. En mi caso el primero fue "Laura a la ciutat dels Sants" que empecé incontables veces a lo largo de los años y al final lo conseguí terminar un par de décadas más tarde. Otro que nunca retomé es "Los versículos satáncos" que no es que esté mal escrito, pero era larguísimo y a ratos un poco soporífero. Avancé un par de cientos de páginas pero siempre acababa por quedarme dormido, así que se lo dejé a otras personas para que lo fuera leyendo antes y nunca más volví a él.
ResponderEliminarUn saludo
Desde luego, hay libros que no debemos obligarnos a leer.
EliminarUn saludo.