Puede que dos o tres años llevara este libro en la estantería. Recuerdo perfectamente que lo compré porque estaba a buen precio y era un libro que tenía en pendientes.
Charlotte Brontë fue una escritora británica que junto a sus hermanas Emily y Anne publicaron varias novelas, eso sí, todas bajo seudónimos.
Emily escribió Cumbres Borrascosas, Anne, Agnes Grey, y Charlotte, la última en morir tuvo más tiempo para dedicarlo a la literatura; su obra más famosa fue esta, Jane Eyre.
Las tres escritoras murieron de tuberculosis.
La protagonista de esta historia es una niña huérfana que vive con su tía y primos, pero no es tratada con cariño ni respeto. Jane es enviada a una escuela muy humilde y de condiciones duras. Ya joven y tras llevar dos años siendo profesora en esa escuela logra un puesto de institutriz en la casa del señor Rochester.
Conocemos a dos Jane:la primera es la Jane niña, la segunda la Jane joven y adulta. Aunque es la misma persona, note un cambio relevante cuando la historia de repente avanza hasta la Jane como docente y no como alumna y niña.
La protagonista es una mujer peculiar y no se deja guiar por el rebaño, como todas las protagonistas de Jane Austen, por ejemplo. Y es que estas escritoras criticaban la sociedad a través de sus obras y reclamaban la valentía y libertad de las mujeres. Así que aunque es una obra de hace dos siglos, es actual y en su época esta y otras similares resultaron muy bien acogidas por el público.
Volviendo a la novela, el drama romántico se mezcla con el misterio gótico victoriano: tenemos noches tenebrosas, gritos y fantasmas. Un misterio por resolver, que a mi parecer está muy bien incluido en la obra.
Los pensamientos de la protagonista se conocen a fondo, así como su objetivo de ser independiente en la vida. Tiene unos valores humildes y un deseo febril de tener una familia y amigos. Como curiosidad, las conversaciones que tiene con el señor Rochester y su relación tensa es bastante divertida.
La novela no es corta, tiene más de 600 páginas. No la considero pesada, es ligera de leer y no hay momentos que densifiquen la lectura, al menos a mi parecer.
Esta novela es una de las más queridas de la lengua inglesa victoriana y es considerada una de las primeras novelas feministas.
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