Siempre me había llamado la atención el ritual del té, la decoración de la mesa, las teteras, la hora del té....todo me resultaba adorablemente tentador. Un día, haciendo la compra con mi madre, vi un rincón del súper con infusiones y escogí el clásico English Breakfast. Sin conocimiento alguno del té por aquél entonces, introduje la bolsita en un vaso con agua calentada en el microondas y esperé los 5 minutos que marcaba la caja. Estaba yo impaciente, emocionada, ¡era mi primer té! Tras saborearlo, ni me disgustó ni descubrí el paraíso, que llegaría algún tiempo más tarde. Me tomé el vaso como una campeona, aunque he de decir que al no estar acostumbrada y que la manzanilla me sigue provocando ganas de vomitar, el final me costó, pero no quería darle el gusto a mi madre que me había dicho que el té era asqueroso.
A ese primer té, le siguieron búsquedas y más búsquedas sobre información del té: beneficios, contraindicaciones, cómo se prepara, tipos, procedencia, recolección.... hasta que ya me leí todos los artículos de internet, y por supuesto, me encaminé a una tienda de té, pues ya estaba informada sobre la mala calidad de las bolsitas.
Y vosotros, ¿como descubristeis el té?
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