sábado, 14 de mayo de 2016

Un mundo amigo.




Un libro es un mundo. Es capaz de transportarte a otro tiempo, a otro país, a otra cultura. Te permite conocer nuevos amigos, descubrir sus historias, sus penas y alegrías.


Un libro huele a libro, tus dedos van a sentir un tacto especial al posarlos en las hojas y pasar de página. Algún dedo quizá esté enfadado por recibir pinchazos sin motivo, pobre. Tu cuello te va a doler un poquitín y tus brazos puede que se cansen de sujetar el libro tras horas leyendo.


Te vas a emocionar, vas a llorar y levantarás la cabeza por si alguien está mirándote, te vas a reír y volverán a mirarte extrañados, incluso, tal vez, cierres el libro por la tensión de saber qué va a ocurrir, como es habitual en mi caso.


¿Y sabes qué? Que miren. Los raros son ellos por no leer, por no conocer la belleza de las palabras en el papel, por no disfrutar de la poesía ni abrazar los sentimientos de los personajes de una novela.


Cuando tu mundo te agobie, cuando quieras huir de él o simplemente explorar nuevos mundos, fácil, lee un libro.

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