lunes, 20 de junio de 2016

Reloj de bolsillo.



Hace poco leí que en mi ciudad solo quedan 3 anticuarios de los más de 15 que existían antaño.
Ahí están, sobreviviendo hasta la jubilación.

Los gustos han cambiado, ahora queremos modernidad, rapidez y tecnología. Y aunque haya oleadas de objetos antiguos (o vintage como dicen los modernos), no son mayoría.


Desde pequeña siempre he sentido curiosidad por épocas pasadas y sus objetos de diario. Qué usaban, cómo, quizá para algunos sea una estupidez utilizar algo "de antes" y no un nuevo dispositivo, pero a cada uno le gustan unas cosas.


No hago el feo a la tecnología, ha sido un gran avance en la sociedad, yo misma tengo un móvil inteligente, ese que suelo olvidar en casa o perderlo debajo de papeles y libros (es que nadie me solicita) y dos ordenadores, que sobretodo para estudiar y buscar información sobre la época victoriana están muy bien; pero hay que reconocer también que tanta tecnología nos ha llevado al hundimiento de las relaciones sociales. Hace unas semanas fueron fiestas en mi localidad, y los grupos de jóvenes estaban en los bancos sin hablar entre ellos, cada uno estaba con su móvil, más adelante, en las terrazas de los bares, cada cual a lo suyo.  Pienso, quizá sea yo la rara, que si se está con una persona, se le atiende a ella, no al amigo que está en casa aburrido. Personalmente no me gusta whatsapp ni similares, pero tuve que descargar la aplicación, pues todo el mundo dice: no me llames, mándame un wha. Y claro, si no se olvidan de tí, que por otro lado es algo bueno, así sabes a quién de verdad importas. 

Mmm...yo creo que a nadie.

A lo que iba, en los puestitos medievales que había por el casco antiguo, me compré un reloj de bolsillo. Hacía ya unos meses que rompí el anterior al caer al suelo (soy una manazas) y mi padre decidió regalarme uno. No es del tamaño del anterior, pues es algo más pequeño, pero no tanto como esos diminutos que son para llevar de colgante. 

Y aquí diferencio un objeto antiguo, de un objeto que imita lo antiguo. Este reloj reciente, no tendrá más de diez años (me dijo la señora que hace tiempo decidió no ponerlos en el puesto porque no se vendían y este año les había cambiado la pila para ponerlos de nuevo a la venta a ver si había suerte), por lo que yo no diría que es antiguo, pero si imita a lo antiguo y la gente así lo ve. Por otro lado, un amigo que si tiene un reloj de bolsillo antiguo de su abuelo, le da cuerda todos los días, increíble. 
La diferencia bajo mi punto de vista radica en la historia o valor sentimental que puede tener tal objeto, porque sea su fecha de fabricación de este siglo o del anterior, un reloj de bolsillo siempre va a ser algo antiguo, pero uno ha podido pasar de generación a generación y otro ha podido fabricarse el mes pasado.

Ahora, tan de moda esos relojes inteligentes (solo sirven para que tu compañero de al lado apruebe un examen), ¿por qué gusta un reloj de bolsillo? A mí me parecen bonitos estéticamente y con un significado importante del tiempo que ha pasado y que vendrá, de la historia y tantos hechos buenos y malos, es como si al mirar la hora, a parte viese una linea del tiempo con la historia de la humanidad.

Al ser un objeto antiguo te viene a la mente lo antiguo, la historia, supongo que si miras la hora en tu reloj inteligente te vendrá a la cabeza la tecnología y tiempos futuros; aunque la verdad, con la prisas que lleva la sociedad hoy día dudo de que la gente piense en estas cosas.

El reloj de bolsillo se inventó en Francia a mediados del siglo XV, pero no fue hasta el XVI cuando era usado por todas las clases sociales, pues al principio eran objetos muy caros (como cuando sale algo nuevo hoy día).


Muchos dicen que el pasado es pasado y hay que olvidarlo, no opino lo mismo, el pasado ya ha pasado, sí, pero es por lo que estamos aquí. Se habla de los errores que hemos cometido, pero yo pienso, si yo quise o elegí algo, ¿de verdad me equivoqué si en ese momento quería o fue mi elección? No creo. Opino que de lo único que hay que arrepentirse es de perder el tiempo, de lo demás, no. 


Hace un tiempo, un amigo, del que he hablado antes, me sugirió inventar una greguería, y fue esta:

 "Dicen que el tiempo es oro, por eso mi reloj es de oro"
Es muy simple, pero una gran verdad que el tiempo dirige nuestra vida y hay que aprovecharlo. 


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