Siempre me ha gustado este cuento. La primera vez que supe de él fue por la película hace muchos años, cuando era pequeña. Y cuando lo leí, me encantó, y es que la narración de Dickens es brutal describiendo al viejo Scrooge, una persona fría y avara, que a pesar de ello, siempre me ha caído bien, quizá por el cambio que hace o, porque en el fondo, como dice su sobrino, da pena.
Scrooge es un viejo solitario en cerrado en sí mismo, es rico pero no disfruta de su dinero, tiene familia pero no está con ella. Los años le han hecho odiar a las personas y la Navidad. El fantasma de su socio muerto, Jacob Marley, le visita para anunciarle que se está encadenando en vida y que le visitarán tres espectros, el del pasado, presente y futuro. Lo que verá con estos espectros, hará cambiar la actitud del viejo respecto a la vida, ha perdido mucho tiempo odiando, y tiene que recuperar la felicidad que dejó de disfrutar tantos años.
Es un cuento que a parte de emocionarme cada vez que lo leo, al menos a mí, me recuerda que hay que disfrutar de lo que tenemos y de la vida, el viejo es un negativo y así le va. Como el cuento se desarrolla en Navidad,
tiene un significado más profundo, pues en esas fechas, la gente se reúne con
los suyos y Scrooge, por supuesto no lo hace e insulta las fechas.
Si no lo habéis leído, os lo recomiendo,
seguro que no os defrauda.
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