Compré este libro de Charles Dickens en El Corte Inglés por tan solo 5€, lleno de polvo y aplastado por novedades; contiene las novelas: Almacén de antigüedades, Canción de Navidad y otros cuentos, e Historia de dos ciudades.
Almacén antigüedades se publicó por entregas entre 1840 y 1841. Esto era muy habitual en la época, pues un libro completo era más caro.
Es una novela seria si la comparamos con sus relatos, que son más informales, con humor, sarcasmo... Tenía ganas de leer una novela de él, pues pensaba, y efectivamente así ha sido, que iba a ser distinto.
Distinto para bien. Los protagonistas son una niña, Nelly, su abuelo y un señor, Quilp, al que le debe dinero el abuelo y es un hombre muy desagradable. A pesar de que el malvado es el antagonista, el abuelo también me ha desagradado, porque aunque haga cosas por amor, debería pensárselo mejor, porque bien no hace.
Me ha gustado, que a parte de la historia principal, esta se divide en varias, por un lado Nelly y su abuelo, el señor Quilp con sus socios y luego Kit, amigo de Nelly. De este modo, la novela no se hace aburrida, tiene bastante ritmo; además los capítulos son cortos, os recuerdo que cada capítulo era una publicación.
La novela se sitúa o nos describe las clases sociales bajas y en algunos momentos nos muestra a los ricos. El escritor conocía bastante bien los barrios bajos y en bastantes ocasiones, así nos lo enseña.
Para concluir, me quedo con la palabra agridulce, la niña es lo dulce, y lo malo de la historia lo agrio. Pocos libros hay que no me gusten, así que sí, este también me ha gustado.
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